Hace quince años la vida me puso ante una encrucijada; dos caminos muy bien definidos. Disponía de muy poco tiempo para escoger, aunque se me dio la oportunidad de vivenciar los dos en un pequeño espacio de tiempo y así pude tomar una decisión.
El camino que escogí fue el más incierto, aquel que nadie de mi entorno más cercano hubiese escogido, aquel que me sumió en una metamorfosis profunda, de la que nunca regresaría.
La única diferencia entre un camino y el otro es que el que escogí me entusiasmaba, me hacía vibrar y el otro me dejaba sin la poca energía que podía producir en aquella época.
Tenía 23 años y todo por vivir, han pasado muchas cosas desde aquel entonces. Descubrí desde muy temprano lo que era una crisis económica, lo que era ser el responsable de mis decisiones, lo que era aceptar el cambio tomase la forma que tomase, lo que era aprender a estar presente en cada instante. He vivido mucho miedo a lo incierto y he aprendido a aceptar que mi ritmo evolutivo es lento y pausado. Seguro que me quedan muchísimas cosas de las que he aprendido por contarte, pero tampoco me apetece saturarte con este manifiesto. Lo que quiero añadir es que continúo entusiasmado y cada día más; me siento el dueño de mi vida y el guardián de mis sueños, yo soy el que decido cual se materializa, cuando y como.
No soy un artista famoso ni cotizado y desconozco si algún día lo seré, pero lo que hoy si sé es que soy ARTISTA, que uno de mis grandes cometidos en esta vida es compartir mi Arte contigo y embriagarte con su aroma.
Un saludo y gracias por estar al otro lado, seas quien seas y estés donde estés.
y mira tú por donde voy yo me encuentro tu blog ;)
ResponderEliminarun beso
Sergio (el que pasaba por allí hace 15 años)
Y a mi me entusiasma contagiarme de tu entusiasmo. Un placer haberte descubierto.
ResponderEliminarSonrisas,
Patri (la que acaba de terminar el cactus ;) )